Jóvenes en comunidad
La juventud es una etapa complicada de la vida humana. Metaforicamente, empezamos a salir del nido y enfrentamos por primera vez al mundo por nuestra cuenta. Es un momento en el cual se confrontan diferentes pensamientos e ideas que se quedarán con nosotros por mucho tiempo. ¿Quién soy? ¿Qué es lo que hago? ¿Acaso estoy haciendo las cosas bien? Éstas y muchas preguntas más pasan por nuestra mente todos los días; y denotan las faltas que tenemos como individuos: una dirección y un enfoque.
En el inglés existe el término “role model” para definir aquellas personas a las que admiramos y a quienes intentamos imitar en nuestra vida. La juventud busca a alguien que le dirija, alguien a quién parecerse. Muchos siguen modas, otros a tal artista, aquel estilo, entre otros. A partir de estos es que construyen su forma de ver el mundo y por ende también su vida. Lamentablemente éstas cosas no son fijas. Ya no se usan ciertas modas, ni tampoco permanecen muchas canciones para siempre. Las cosas materiales, lo que vemos con nuestros sentidos, un día no estarán y tendremos que seguir moviéndonos a otros sitios sin necesariamente poder responder nuestras dudas más intrínsecas.
Dicho esto, ¿qué representa la Biblia para un jóven? Como creyentes entendemos que las Escrituras son la Palabra de Dios y que a través de su mensaje salvífico por medio de Jesucristo somos redirigidos a salvación y a vida eterna. Escribió el Apóstol Pablo en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
En Cristo nuestra vida no apunta a muchos lugares, sino más bien al cielo y su verdad. Su Palabra pasa a ser nuestro mapa, armadura, buena medida y lumbrera a nuestro camino; mostrándonos las virtudes de aquel al que verdaderamente debemos imitar.
Entonces, volviendo a las preguntas del principio:
- ¿Quiénes somos? → Somos hijos de Dios.
- ¿Qué hacemos aquí? → Reflejamos al mundo lo que Cristo hizo en nuestra vida.
- ¿Hacemos bien? → Si obedecemos a Dios de corazón, entonces si.
¡Aviso para navegantes! Ésto no va a ser camino fácil ya que el resto del mundo y nuestra propia naturaleza tratará de virarnos hacia otro lado. Y en esos momentos nos dice el proverbista: “Reconócelo [a Dios] en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
Ésta es la dirección que tomamos cuando aceptamos a Jesús; pero de igual manera necesitamos un enfoque. ¿Cómo? ¡Siendo parte de la comunidad! Una bombilla por si sola alumbra bastante, cuando hay varias prendidas es más fácil iluminar un espacio. Si la luz de Cristo está en cada uno de nosotros, entonces juntos podremos complementarnos mejor para transitar el camino de la fe.